sábado, 21 de noviembre de 2009

Historia de la medicina en Veracruz Siglo XIX parte III

Tercera y última parte de esta pequeña investigación, espro sea de su agrado.
LA MEDICINA VERACRUZANA


Como mencione en la introducción. Estudiar la medicina en Veracruz es algo bastante dificil debido a la poca cantidad de fuentes con las que se cuentan. Además; el siglo XIX presenta un problema adicional, el hecho de ser un periodo de guerras, tanto nacionales como internacionales. El puerto de Veracruz, por su condición de punto de entrada y salida del país, sufre varios ataques por parte de otras naciones. Esto hace que la medicina en el puerto sea algo muy inestable, y su estudio muy dificil.

Desde la forma tradicional de hacer historia de las ciencias, no se podría escribir una para Veracruz en el siglo XIX. Esto se debe a que no hay instituciones de enseñanza ni teorías que analizar. Sin embargo, si contamos con hospitales, médicos, enfermedades, todos ellos elementos que nos permiten hablar de la exisencia de la práctica médica en Veracruz, aunque esta sea una afirmación demasiado obvia si se quiere.

Como ya mencionamos Antes, Manuel Eulogio Carpio nace en Veracruz, sin embargo estudia en Puebla. Esto no es nada trivial, pues nos habla de algo que podemos constatar en otras fuentes. Veracruz no tiene una institución de enseñanza de la medicina hasta la segunda mitad del siglo XX. Veracruz tuvó que esperar hasta el 23 de mayo de 1882 para que una ley creara la Facultad de Ciencias Médicas en el estado. Sin embargo, esta no llego a realizarse. Esto nos ocasiona una pregunta, de donde vienen los médicos si no hay escuelas que los formen. Los médicos estudian fuera, esto lo podemos corroborar en el estudio del manicomnio de Orizaba, en donde sus médicos directores tenían que salir del estado para realizar estudios en la ciudad de México para poder realizar sus funciones.

A pesar de la carencia de una institución que pudiera formar a los galenos que practicaran en el estado, si había una gran necesidad de servicios de salud.

Gracias al auge mercantil que vivió el puerto de Veracruz a finales del siglo XVIII, así como a un crecimiento demográfico y malas condiciones de salubridad, las demandas relativas a mayores y mejores servicios de salubridad aumentaron. A comienzos del siglo XIX la plaza tenía cinco hospitales, tres de ellos estaban dedicados a dar servicios a la población en general, uno para uso exclusivo del ejército y otro para la convalesencia de los enfermos.

Los hospitales en el siglo XIX van a sufrir un proceso de suma importancia. En el siglo XIX, observamos para Veracruz un proceso de transcición en los hospitales. Muchos de los hospitales fundados durante la colonia entran en decadencia y cierran en este periodo. Mencionemos algunos ejemplos.

El hospital de San Juan de Montescarlos, fundado en 1606 por los hermanos de la Caridad, entra en crísis desde finales del siglo XVIII, pero va a cerrar en el siglo XIX. El indice de mortalidad crecía desde 1737 hasta 1803. La situación económica del hospital tampoco le era favorable. En los años de 1799 a 1803, el hospital tuvo ingresos de 45,804 pesos, mientras que los gastos fueron de 46,367, dejando al hospital con un deficit de 563 pesos.

A pesar de la protesta de los frailes hipolitos el hospital fue clausurado, sus enfermos fueron trasladados al hospital de San Sebastian, que se había organizado poco tiempo antes. El decreto de extinción llego por parte del virrey de Almaza el 4 de Febrero de 1805.

Otro hospital que llega al final de su vida en el siglo XIX fue del de los Santos Reyes y Nuestra Señora de Belem, que comenzó a funcionar en 1775. Sin embargo el 1 de mayo de 1820, la corte española ordena que se suprima en Veracruz la orden de los frailes Betlemitas; encargados de dicho hospital, y que sus propiedades se repartieran. El edificio del hospital de los Santos reyes se usaría para la construcción de un hospital general de enfermos y convalecientes.

EL hospital de San Sebastian fue el último en ser construido durante la época colonial. Fue fundado en 1798. Segun Humboldt, esta institución era la que tenía el menor indice de mortalidad, para 1803 estas eran las cifras de ingresos y salidas de enfermos: 553 entradas, 473 salidas, 79 muertos. En 1806 se declara que será el vecindario y los regidores de Veracruz quienes debían construir el nuevo hospital ya que el ayuntamiento se había quedado con todos los bienes del hospital de Montesclaros.

Desde la ilustración, el estado busca hacerse del control de algunas instituciones que estaban bajo el control de la iglesia, tal es el caso de los hospitales, en particular del de Montescarlos, pero también del de los Santos Reyes.

Este interes de marcar diferencias y responsabilidades entre la iglesia y los servicios de salud, obligó tanto al ayuntamiento como al consulado de Veracruz a idear algo nuevo para responsabilizarse del hospital de San Sebastian. El resultado fue la Junta de Caridad. Su misión era la de solventar las necesidades económicas de la institución y vigilar la eficiencia de los servicios.

La Junta de Caridad estaba conformada por el alcalde ordinario de primera elección, un regidor, un vocal de la junta de gobierno del consulado, el síndico personero del común, el ministro hermano mayor de la tercera orden francscana (de laicos) y cuatro vecinos honrados, celosos y pudientes.

La atención a los enfermos en el hospitan de San Sebastian era bastante esmerada. Desde el registro de los enfermos en donde se asentaba su nacionaldad, estado civil, etc. De igual manera, las médidas sanitarias eran incluso exageradas para su tiempo. Un ejemplo de esto nos lo da el uso de las camas, separado entre los tuberculosos, sarna, escorbuto, etc. También la limpieza del hospital era algo que se cuidaba mucho.

Se cuidaba que se ofreiera una dieta rica. Comunmente se prescribía un”caldo sustancioso”, vino, bizcohos, huevos, etc.

A cargo de los enfermos se encontraban médicos cirujanos y un boticario.A pesar de que el hospital ya no se encontraba bajo el cuidado de las ordenes religiosas, los hospitales continuaban fungiendo como centros espirituales y evangelizadores. Se veía por la atención espiritual de los enfermos mientras se encontraran en el hospital, se les inculcaba la doctrina cristiana, se les exhortaba a la confesión y comunión pascual.

Trás la independencia, y a mediados del siglo XIX. El hospital de San Sebastian cambió de alojamiento. Se movió al ex convento de los hermanos de Belem. Si bien ahora se le encomendo su administración. Continuaba bajo la jurisdicción de la junta de caridad, organismo que continuó su vigencia trás la colonia. Esta se conformaría ahora por: el presidente del ayuntamiento, el regidor, el síndico de salubridad y cuatro vecinos.

Otro cambió en el hospital de San Sebastian fue la apertura del manicomnio. Dicha obra fue solicitada el 26 de octubre de 1874 por el jefe del Cantón C. Quintero. Siete meses ras la deliberación de los capitulares el 9 de diciembre del mismo año en favor de la aperutra del manicomnio; por las ventajas económicas que esto implicaria, el gobernador Landero y Cos aprueba la construcción del depatamento para dementes en el traspatio del hospital.

Finalmente, hablemos un poco de las epidemias que sufrió el estado ; pues nos brindan información sobre la medicina.

La primera junta de sanidad en el puerto de Veracruz se instaló en 1803, la epidemia de viruela motivó la aparición de esta institución. La misma epidemia hizo que en 1812 Veracruz se convirtiera en el centro de abastecimiento de la vacuna contra esta enfermedad, en 1814 se establecen los consejos pro-vinciales de salud, que vienen a sustituir a las juntas de caridad, también desaparece el protomedicato, llevando a su fin la medicina y la salud pública en la Nueva España.

Las relaciones comerciales entre el puerto de Veracruz y la ciudad norteamericana de Nueva Orleans pone en peligro al puerto de contagiarse con el cólera morbus, por lo cual se toman algunas precauciones. Sin embargo de nada sirvieron, pues el cólera se desató. Para prevenir la epidemia se autorizó en 1842 al Don Juan Mendizábal a realizar inspecciones anatómicas en los pacientes fallecidos a causa de dicha enfermedad. Dichas autopsias provocaron el descontento de las órdenes religiosas, sin embargo al final los facultativos vencieron a los religiosos, pues las autoridades permitieroon que se pudieran realizar autopsias en los hospitales civiles para establecer certeramente la causa de la muerte. Tal acontecimiento no debe tomarse a la ligera, pues marca el comienzo de la medicina social y la relevancia del conocimiento científico en el diagnóstico de la enfermedad.

Para expresar la insalubridad que existía en el puerto de Veracruz a finales del siglo XIX, podemos citar al dr. Ramón Ojeda Falcon:

“El medio era malsano, escasa el agua de consumo, exístian numerosos depósitos de basura, abundantes mosquitos, y la población padecía de anemia. Las lluvias formaban lagunatos, los nortes arrojaban embarcaciones a la playa y durante ellos, las rachas de arena golpeaban la cara como piedras, no existían depósitos de abastecimiento ni de avenamiento de agua potable, corrían cños de agua contaminada por las principales avenidas que estaban empedradas con chinos1”.

A modo de conclusión, puedo decir que el proceso de inserción de la medicina científica en Veracruz es mucho más lento que en el altiplano. Esto se debe a la falta de instituciones de enseñanza, una menor densidad demográfica y a la falta de acceso a la información. Las guerras y problemas políticos; tanto nacionales como internacionales, también vinieron en detrimiento del avance de la ciencia médica en dicho Estado. Gracias a esto, las condiciones de salubridad no mejoraron. Las condiciones geográficas del puerto requrían una buena condición de los servicios de salud, no solo en materia de personales, sino también en recursos humanos, sin embargo, al no existir instituciones de enseñanza, el numero de facultativos se redice muchisimo.


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