Tercera y última parte de esta pequeña investigación, espro sea de su agrado.
LA MEDICINA VERACRUZANA
Como mencione en la introducción. Estudiar la medicina en Veracruz es algo bastante dificil debido a la poca cantidad de fuentes con las que se cuentan. Además; el siglo XIX presenta un problema adicional, el hecho de ser un periodo de guerras, tanto nacionales como internacionales. El puerto de Veracruz, por su condición de punto de entrada y salida del país, sufre varios ataques por parte de otras naciones. Esto hace que la medicina en el puerto sea algo muy inestable, y su estudio muy dificil.
Desde la forma tradicional de hacer historia de las ciencias, no se podría escribir una para Veracruz en el siglo XIX. Esto se debe a que no hay instituciones de enseñanza ni teorías que analizar. Sin embargo, si contamos con hospitales, médicos, enfermedades, todos ellos elementos que nos permiten hablar de la exisencia de la práctica médica en Veracruz, aunque esta sea una afirmación demasiado obvia si se quiere.
Como ya mencionamos Antes, Manuel Eulogio Carpio nace en Veracruz, sin embargo estudia en Puebla. Esto no es nada trivial, pues nos habla de algo que podemos constatar en otras fuentes. Veracruz no tiene una institución de enseñanza de la medicina hasta la segunda mitad del siglo XX. Veracruz tuvó que esperar hasta el 23 de mayo de 1882 para que una ley creara la Facultad de Ciencias Médicas en el estado. Sin embargo, esta no llego a realizarse. Esto nos ocasiona una pregunta, de donde vienen los médicos si no hay escuelas que los formen. Los médicos estudian fuera, esto lo podemos corroborar en el estudio del manicomnio de Orizaba, en donde sus médicos directores tenían que salir del estado para realizar estudios en la ciudad de México para poder realizar sus funciones.
A pesar de la carencia de una institución que pudiera formar a los galenos que practicaran en el estado, si había una gran necesidad de servicios de salud.
Gracias al auge mercantil que vivió el puerto de Veracruz a finales del siglo XVIII, así como a un crecimiento demográfico y malas condiciones de salubridad, las demandas relativas a mayores y mejores servicios de salubridad aumentaron. A comienzos del siglo XIX la plaza tenía cinco hospitales, tres de ellos estaban dedicados a dar servicios a la población en general, uno para uso exclusivo del ejército y otro para la convalesencia de los enfermos.