martes, 8 de diciembre de 2009

Filosofia en América Latina

LA BUSQUEDA DE UNA FILOSOFIA PROPIA


La filosofía latinoamericana, o mejor dicho, la búsqueda de tal filosofía, se dan a inicios del siglo XX, los autores de esta generación se alejaron del positivismo que había regido el siglo XIX. Estos hombres se preocuparon por crear una identidad propia, y una forma de reflexión de acuerdo a sus circunstancias.

Sin embargo, la pregunta es ¿Es valido hablar de una filosofía latinoamericana? La pregunta es delicada y debe contestarse después de una fuerte reflexión. Por filosofía latinoamericana pueden entenderse dos cosas, y es importante separarlas para no confundirse, por un lado, puede referirse únicamente a obras y autores característicos de esta región, cuyos sistemas de pensamiento son tan importantes que merecen estar en los libros de la filosofía universal. Así, por filosofía latinoamericana se entiende los autores que han utilizado correctamente los sistemas elaborados en Europa y los Estados Unidos. Bajo tal concepto, sería difícil hablar de una filosofía latinoamericana. No por la poca calidad de las obras realizadas en Hispanoamérica, sino por que los modelos siempre vendrán de otra parte del mundo y serán los que estén representados en los libros de historia de la filosofía.

Pero esta la otra acepción, entender filosofía latinoamericana como una forma de pensar propia de un lugar (y tendríamos que decir de un tiempo) específicos, determinada por ciertas circunstancias y problemas muy propios que no son aplicables a otras circunstancias. Aparte de plantear un serio problema sobre la Verdad, esto significaría que la filosofía producida en Latinoamérica tiene como fin dar respuestas a problemáticas propias, la reflexión no se realiza para solucionar problemas universales sino muy específicos. Para este trabajo, aceptaremos el segundo concepto, viendo a la filosofía de Latinoamérica como un sistema de pensamiento formal que intenta dar respuesta a las inquietudes sociales y espirituales de toda una región.

Como ya mencioné, los filósofos de los años 15 del siglo XX, fueron los primeros en utilizar este concepto e intentaron hacer filosofía desde su tierra. ¿Por qué sucedió esto? La pregunta no es sencilla. Los filósofos franceses de ese tiempo no se lo preguntaban, tampoco los alemanes, ingleses o norteamericanos, ellos hacían filosofía, sin ponerle apellido. Sus temas giraban en torno a cuestiones universales: la verdad, el hombre, el ser, etc. ¿Por qué en Latinoamérica los pensadores se preocupan por hacer algo distinto? Primero demos una respuesta histórica.

Durante la segunda mitad del siglo XIX, toda Latinoamérica estuvo dominada por el positivismo. Sin embargo, para finales del mismo siglo, esta doctrina estaba cayendo en decadencia. De pronto aquel método cientificista que prometía arreglar todos los problemas de la humanidad y llevarla al progreso, fue incapaz de solucionar los problemas económicos y creó otros bastante serios. Siendo una doctrina fría, preocupada únicamente por las cuestiones materiales, dejó de lado la existencia misma. Y para finales del mismo siglo, tuvo un problema que le quitó mucha validez. La guerra por la entre Estados Unidos y España por Cuba, en vez de ser vista por los intelectuales como la liberación del ultimo país oprimido por España, fue interpretada como la clara muestra del voraz imperialismo norteamericano.

Ante la amenaza del vecino del norte, los intelectuales latinoamericanos buscan crear una conciencia latinoamericana. Pero no será un Bolivarismo lo que predominé, sino la unión cultural por medio de la identificación con la madre patria. Se buscó entonces el distanciamiento a todo lo que oliera a positivismo. Por ejemplo, la filosofía analítica, muy relacionada al positivismo, no recibió atención hasta los años cuarenta. Las corrientes y autores que predominaron durante este periodo fueron Bergson Nietzsche, Heidegger posteriormente, Husserl, el historicismo de Dilthey y con los exiliados españoles la obra de Ortega y Gasset. Este último será de vital importancia para todo el pensamiento latinoamericano. Pero regresemos a nuestra historia. Algunos autores durante este periodo fueron José E. Rodo y Carlos Vaz en Uruguay, Alejandro Korn y Rodolfo Rivarola en Argentina, para México Justo Sierra, En Perú Alejandro Deústua y para Brasil Farias Brito.

Para 1915 surge una segunda generación de filósofos, cuyas características son: La búsqueda renovada del ser y de la identidad de lo latinoamericano, la influencia del circunstancialismo de Ortega y Gasset y la profundización del indigenismo. Nietzsche, Bergson, Heidegger y el marxismo se pusieron de moda, así como el historicismo de Dilthey.

Otra característica es el intento de un pensamiento latinoamericano, que sin despreciar a Europa y los Estados Unidos, tratara de recoger los ingredientes de lo propio, incluyendo lo indígena para crear una cultura mestiza.

Es en este momento en que Latinoamérica se pregunta por su “yo colectivo”. Este grupo de filósofos se percató de que la identidad de lo latinoamericano; no se conseguiría mirando hacia Europa ni los estados unidos. Sería la búsqueda de la originalidad y la resolución de cómo hacer una autentica filosofía latinoamericana.

La siguiente generación, la de los años 30, ya no le da importancia a combatir el positivismo. Para estos intelectuales lo importante será poner la filosofía latinoamericana al nivel de la europea. La presencia de los trasterrados españoles propicio la “normalización de la filosofía”. La influencia más fuerte en este escenario es la de Ortega y Gasset, seguida de la de Dilthey, es decir, perspectivismo e historicismo. Es en este momento en que se eleva de forma importante el conocimiento filosófico en los centros de estudio, pues se da la ya mencionada normalización. Se ve también favorecido el análisis filosófico, despreciado antes por su relación con el positivismo.

La siguiente generación es la de la década de los 50. Los miembros de esta generación continuaron el esfuerzo de sus predecesores al buscar nivelar la filosofía latinoamericana con la europea y la norteamericana. Para realizar esto, se indagó en el pasado filosófico de América Latina, el ejemplo más valioso lo dio Leopoldo Zea, miembro clave de esta generación, con su obra: El positivismo en México.

Con esto termina la breve revisión del pensamiento filosófico en Latinoamérica. Quisiera concluir con algunas reflexiones. La búsqueda de una filosofía latinoamericana responde a una búsqueda de la identidad propia de toda América Latina. Esta región tiene una característica muy particular, que es su aspecto mestizo. En mi opinión, la falta de adherencia a una cultura en particular ha llevado a la creación de una cultura propia, que desde la independencia, ha buscado crear sus propias líneas de pensamiento. La filosofía es uno de aquellos elementos como el arte en los que Latinoamérica busca reforzar su propia identidad y deshacerse de los complejos de inferioridad con los que muchas veces es juzgada.

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