martes, 8 de diciembre de 2009

El objeto de la religión

Revisando mis trabajos viejos me encontré con este pequeño ensayo sobre filosofía de la religión, si bien ya no comparto muchas de las ideas que ahí expongo, quisiera compartirlo.

La religión es una cosa bastante curiosa. Ha jugado un papel fundamental en la historia de la humanidad, desde inspirar al arte a motivar guerreros. Sin embargo, eso que es la religión aún no nos queda muy claro, pareciese que a pesar de ser algo que en la humanidad tiene tanta importancia, su significado siempre permanece en constante definición, como si quisiera escapar constantemente para no poder ser aprendido, pues al ser aprendido podría correr el riesgo de perder si significado.


Las preocupaciones por lo que la religión es son relativamente recientes. Esto es obvio, no podía haber reflexiones sobre la religión cuando esta constituía el núcleo central del pensamiento occidental. Tuvo que distanciarse de la religión, criticarla e incluso exiliarla al reino de las fantasías; para que pudieran comenzar a filosofarse y a estudiarse comparativamente la religión. Hubo de ser necesario destruir la religión, darles muerte a todos los dioses, para poder adentrarse en el terreno religioso para entenderlo.

Pero ya he divagado demasiado sobre este asunto, so en ocasiones pecó de difuso y de alejarme del camino, pido una disculpa. Regresando al problema que dio origen a este breve ensayo. Sostengo que la religión es un dominio recursivo consensual, y con esto me refiero a que la religión es una forma en la que organizamos, nos relacionamos y extraemos los conceptos sobre los cuales construimos nuestra realidad en el lenguaje. Al ser un dominio recursivo consensual, la religión establece la forma en la que nosotros construimos nuestro mundo y nos relacionamos con él. Sin embargo, decir esto es decir nada, pues lo mismo puedo decir del arte o de la ciencia. Para evitar la vacuidad de este concepto, hay que decir que distingue al fenómeno religioso de otros dominios recursivos.

Lo que distingue a la religión es por un lado, la organización particular que hace de los conceptos con los que lidia y con los conceptos con los que trabaja el individuo que pertenece a este dominio. Esto quiere decir que la religión jerarquiza aquellos conceptos que tendrán prioridad, además de que les otorga posibilidad como experiencia y práctica de vida. La forma de dicha organización esta determinada por cada religión y cada forma religiosa particular, no existe una organización que sea universal a cada religión. El decir que la religión es un dominio recursivo que determina los conceptos, la jerarquía de los conceptos, y la posibilidad de estos, es solamente la primera parte de mi exposición.

Sin embargo, como dije antes, lo mismo se podría decir de todos los dominios recursivos. Para definir a la religión, hay que decir que es lo particular a ella, y sostengo que esto se encuentra en la experiencia con lo sagrado y las hierofantas. Por Sagrado entiendo la experiencia con lo terrible, lo misterioso y lo maravilloso, tal como lo proponen Rudolf Otto y Xavier Zubiri.

La razón por la que afirmo esto, es que toda experiencia religiosa depende de la experiencia con lo sagrado. En este punto estoy en desacuerdo tanto con Zubiri, para quien la religión depende de la Teofania, y con Van Der Leew, para quien la religión depende de la experiencia con el poder.

Afirmó esto pues en primer lugar, los dioses aparecen en la historia de las religiones después de la experiencia con lo sagrado, y con respecto al poder, opino que si la experiencia con el poder fuera lo característico de las religiones, entonces habría que considerar como experiencias religiosas numerosas experiencias que el que las experimenta no necesariamente distingue como religiosas. En cambio, la experiencia con lo sagrado implica que el practicante distingue entre aquellas practicas que son sagradas y aquellas que no, conoce la respuesta que debe de dar al estimulo propiciado por la experiencia de lo sagrado, y actúa de la forma que conoce apropiada. Esto lo afirmo por que pueden existir numerosas experiencias con el poder: la experiencia estética sería un excelente ejemplo, en donde el observador siente y reconoce la habilidad y energía del momento en el que vive.

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